Deliveries’ denuncian multas ilegales y decomisos de bicicletas por el NYPD

FOTO: MARIELA LOMBARD / EL DIARIO NY    P

En la ciudad de Nueva York es contra la ley que los repartidores de comida en bicicleta no usen cascos de protección ni porten chalecos reflectivos con su información y la del restaurante para el que trabajan, y también es ilegal el que utilicen bicicletas eléctricas, porque todavía no son legales en el Estado.
Y aunque las normas del Departamento de Transporte de la Ciudad (DOT) señalan que ante estas faltas los trabajadores no están sujetos a multas ni penalidades, sino que ellas deben recaer sobre los negocios para los que prestan sus servicios, la ley no se está cumpliendo al pie de la letra, y cientos de ‘deliveries’ son criminalizados por estas fallas.

Así lo demuestran decenas de casos de trabajadores de restaurantes, quienes han denunciado que, en un hecho que abogados consideran una interpretación errada de la ley, son víctimas de acoso y persecuciónpor parte de miembros del NYPD, quienes están imponiendo elevadas multas a los trabajadores en vez de responsabilizar a los restaurantes, por no explicarles las reglas a sus empleados y proveerlos con los equipos adecuados.

“Ellos están rondando por ahí por todos lados, esperando a que uno pase, para agarrarnos y ponernos las multas. Creo que se están pasando. Deberían darnos un ‘break’, porque no solo ponen tickets sino que quitan las bicicletas, y la gente se queda sin trabajar y para sacarlas cobran demasiado”, contó Ricky Juárez, quien se gana la vida como repartidor en restaurantes de Manhattan, desde hace más de 10 años.

El mexicano, quien trabaja sin casco y tampoco porta en su chaleco la información del restaurante de Union Square que lo contrató, confiesa que no sabía que eran sus empleadores quienes debían suministrarle esos elementos, ni que las multas que ello acarree, son responsabilidad de sus patronos.

Y esa ignorancia sobre las reglas impuestas por la Ciudad, es una realidad que se repite en la mayoría de los ‘deliveries’.  Se estima que el número de repartidores en la Gran Manzana está entre 25,000 y 50,000.

“Yo lo que veo es que la policía se la pasa multando a los ‘deliveries’, no a los restaurantes. Y aunque yo sé que si uso casco estaría más protegido, no me lo pongo, porque no me gusta. Me pesa mucho y pues, si Dios me cuida ¿para qué lo uso?”, explicó el repartidor, revelando que en más de una ocasión se ha caído llevando comida, en medio de la presión cotidiana que significa llegar a tiempo a los domicilios.

fuente. diarionewyork