JALISCO MEXICO.-Todo parecía tan fácil en el principio. Lázaro Blanco dominaba, la República Dominicana se empeñaba en cometer errores, Cuba anotaba tres carreras. La Final de la Serie del Caribe 2018 podía tocarse con la vista y el pensamiento. La felicidad duró cinco entradas. Después era otra cosa.
Cuba cedió a la presión de los quisqueyanos y cayó 7-4 el miércoles en la noche para despedirse de Guadalajara sin llegar a la tierra prometida, que este jueves pisarán los Criollos de Caguas y las Águilas Cibaeñas a partir de las 9:00 pm.
Después de haber jugado mejor que nadie la etapa clasificatoria, la escuadra de la mayor de las Antillas no supo imponer su bandera en el encuentro decisivo ante una Dominicana que, por segunda vez, le derrotó con la misma cantidad de carreras.
Cuba comenzó mejor. Yunesky Maya, inmerso en la controversia sobre su disponibilidad para enfrentar al seleccionado de la tierra que le vio nacer, no pudo pasar de la segunda entrada, desajustado emocionalmente. Al menos fue lo que dejó entrever.
Las Aguilas tomaron el mando en la séptima y reafirmaron su vocación de finalistas con un par de anotaciones más en la octava apoyados en el naufragio del relevo cubano que hundió al resto del equipo.
Ya no vale la pena. En un torneo chico las penas suelen ser largas, pero la memoria corta.
Aunque se lleva tres victorias, Cuba quedó en la orilla y eso no puede ser considerado menos que un fracaso. Porque esto que vimos, más o menos y a diferencia del resto de los participantes, es lo máximo que el país puede ofrecer como equipo nacional para lo que venga y para lo que sea.