El programa de radio está siendo utilizado por Putin constantemente y ha introducido un sistema importante: la participación de ministros del Gobierno y de gobernadores regionales, que estaban pendientes para que Putin pudiera conectarse con ellos y contestar en directo cuando se lanzaba una pregunta, pues existía esa opción para el público.
La confrontación entre Rusia y los países occidentales, desde la crisis ucraniana de 2014, también tuvo su protagonismo.
LAS SANCIONES IMPUESTAS A RUSIA. Una de las preguntas fue sobre el fin de las sanciones occidentales contra Rusia. Putin señaló que “da la sensación de que Rusia es culpable literalmente de todo, la sensación de que no se escuchan nuestros argumentos”. Y aseguró que las sanciones se impusieron porque se ve a Rusia como una amenaza, como un rival. “Esa es una política equivocada. No se debe arrinconar a Rusia, sino crear cooperación. Eso sería bueno para la economía mundial. Y poco a poco esto se está comprendiendo”.
Esto nos recuerda que, desde la época de los Romanov, algunos zares quisieron acercarse a Occidente pero siempre hubo el obstáculo de que, para hacerlo, tenían que dejar el sistema autocrático y gobernar de acuerdo a los principios democráticos al que le tuvieron siempre mucho miedo.
EL PELIGRO DEL PODER NUCLEAR. Una de las preguntas que mayor interés causó fue: “¿Habrá tercera guerra mundial?”
Para responder, el líder ruso citó a Albert Einstein: “Yo no sé qué armas se usarán en la tercera guerra mundial, pero en la cuarta serán palos y piedras”. Putin afirmó que “entender que esa guerra será el fin de la civilización debería disuadir a todos de dar pasos extremos en la arena internacional”.
Recordemos que, por lo pronto, hay siete países que poseen poder atómico y que existen armas de este tipo para acabar cuarenta veces nuestro planeta Tierra.
Reconoce Putin que existen varios conflictos, pero no ha habido una guerra global. Según él, Estados Unidos está intentando romper el equilibro, pero Rusia está respondiendo y con ello se mantiene ese equilibrio. “Es hora de sentarse a la mesa de negociaciones”, resumió Putin.
El miedo a la destrucción mutua es el principal factor de disuasión, indicó Putin. El mundo necesita nuevos modelos de seguridad, afirmó. Algunos países occidentales empiezan a hablar abiertamente, y no “al oído” como antes, de levantar las restricciones, sobre todo, en medio de la guerra comercial con Estados Unidos. Sin embargo, dejó a un lado hablar sobre su ayuda a unos de los conflictos mayores que vivimos: el de Siria, el mismo que se ha mantenido gracias a la ayuda prestada por Rusia, la misma que acaba de anunciar que sus tropas permanecerán en ese país como garantes del triunfo de Bashar al Asad.
LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS. Se entiende que la situación económica de Rusia no es muy buena, dadas las sanciones que le impuso la Unión Europea por el asunto de Crimea y Ucrania. Esto lo ha obligado a Putin a buscar una cooperación con la UE. Esta semana ha viajado a Austria para entrevistarse con el canciller Sebastian Kurz, cuyo gobierno está catalogado como el principal abogado de Rusia dentro de la Unión Europea. En la coalición del gobierno austriaco, algunos miembros piden directamente el fin de las sanciones contra Moscú.
Según Putin, las medidas contra Rusia se levantarán cuando los países occidentales se den cuenta de que “son contraproductivas”. No dejó de criticar a Estados Unidos advirtiéndoles a los europeos que tendrán que escucharlo, ya que la guerra comercial que ha iniciado Trump, es un hecho.
Ya comentaremos la cita que tiene con Trump en Finlandia. Un buen paso para lograr la paz mundial.