Por: Wendy Santos Berroa
A los 27 años – edad en la que ya había parido a mis 3 hijos – mis hábitos alimenticios eran horribles.
En ese entonces, trabajaba en una oficina ubicada en El Conde, y recuerdo que con frecuencia iba a Petrus a comerme un pedazo de pizza antes del mediodía, al salir del tribunal. Por supuesto, el vaso de refresco rojo no se quedaba.
La cabeza me dolía todos los días, a veces por dos o tres de corrido, hasta el punto que me hicieron varias tomografías para ver qué estaba pasando conmigo. Y nada… todo “bien”.
De igual forma, el azúcar me bajaba varias veces a la semana.
Unos años más tarde, y como 25 libras por encima del peso con el que me casé, alguien me advirtió que de yo seguir comiendo tanta azúcar (refrescos, corn flakes, y helados) me podía convertir en diabética (como mi abuela 😫).
Entonces me asusté.
No quería ser diabética!! Tenía a 3 niños que cuidar!
A partir de los 33 años, empecé un plan de comer menos azúcar cada día.
Oh sorpresa!! Las migrañas fueron desapareciendo y mi ánimo mejoraba con el pasar de los días.
Este hecho trajo consigo que me interesara por comer bien y adquirir buenos hábitos de vida, no solo por mi, sino también por el futuro de mis hijos, de los cuales debía ser un ejemplo a seguir.
Desde entonces, no me baja el azúcar, he perdido peso, mi autoestima está alta, y me siento feliz a pesar de las adversidades que me ha tocado vivir
Nunca es tarde para empezar!!!
Cómo quieres estar en 5 años???